Europe
October 23, 2025

Europa y Latinoamérica redefinen su alianza energética en el desarrollo del hidrógeno verde

En la carrera global por este gas renovable, América Latina emerge como el socio estratégico que Europa necesita para alcanzar sus metas climáticas y de seguridad energética.
By Milena Giorgi

By Milena Giorgi

October 23, 2025
La incertidumbre fiscal ¿una excusa perfecta para demorar proyectos de hidrógeno verde en Europa? hydrogen

Europa atraviesa una transformación profunda. La urgencia de descarbonizar su matriz y la presión geopolítica por reducir la dependencia del gas ruso —agudizada esta semana por la aprobación, por parte de la Comisión Europea, de un paquete de sanciones que prohíbe nuevas importaciones de gas y GNL desde Rusia— han convertido al hidrógeno verde en la pieza clave del nuevo tablero energético.

Pero, para producirlo a gran escala y a precios competitivos, el Viejo Continente necesita aliados y, en esa ecuación, Latinoamérica aparece como la gran aliada.

“El potencial solar y eólico de la región no tiene comparación en el mundo. Si se gestiona con visión estratégica, puede abastecer una parte significativa de la demanda europea de hidrógeno en la próxima década”, explica Felipe González Coto, consultor energético y miembro del comité organizador de OH₂, el I Congreso Euroamericano de Hidrógeno, que se celebrará en enero de 2026 en Oviedo (Asturias) y convocará a las autoridades de los gobiernos latinoamericanos para profundizar las alianzas.

Es que con el objetivo de Bruselas de importar 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable antes de 2030, el mercado global será clave. La cifra no solo responde a una necesidad climática, sino también a una estrategia de autonomía energética.

De hecho, este mandato ha desencadenado una ola de inversiones y acuerdos bilaterales con países latinoamericanos, donde ya se contabilizan más de 70 proyectos y compromisos superiores a 50.000 millones de dólares.

Chile y Brasil lideran. El primero, con una estrategia nacional pionera lanzada en 2020, busca producir el hidrógeno más barato del planeta y consolidarse como exportador global.

El segundo, con proyectos de escala continental —como el hub del Puerto de Pecém o el Green Energy Park de Piauí—, apunta a convertir su potencial renovable en una nueva fuente de divisas. “Ambos países están mostrando que el hidrógeno puede ser una oportunidad industrial y no solo un recurso exportable”, subraya González Coto en diálogo con Strategic Energy Europe.

Colombia, Uruguay y Argentina completan el mapa de los nuevos productores, cada uno con diferentes grados de avance y ambición, pero con una misma certeza: el hidrógeno verde ya no es una promesa, sino un mercado en construcción.

El desafío de los 8.000 kilómetros

El principal obstáculo de esta alianza no está en la política, sino en la distancia. Transportar hidrógeno a través del Atlántico supone un reto técnico y económico que aún no tiene una única solución ganadora. Actualmente, tres rutas concentran la atención de la industria:

  • Amoníaco verde (NH₃): la alternativa más madura, que aprovecha la logística del mercado global de fertilizantes.
  • Metanol verde (CH₃OH): un vector líquido más fácil de manejar y compatible con la infraestructura actual.
  • Hidrógeno líquido (LH₂): la vía más directa pero también la más costosa, por requerir temperaturas de -253°C.

“Europa necesita definir pronto su estrategia portuaria y de reconversión industrial. No puede haber inversiones masivas sin claridad sobre qué molécula va a dominar el comercio transatlántico”, advierte González Coto.

A día de hoy, el amoníaco parece llevar ventaja por su madurez tecnológica.

Sin embargo, la brecha entre los anuncios y la realidad operativa sigue siendo el gran riesgo. Los proyectos de hidrógeno verde tardan entre 7 y 10 años en materializarse, lo que significa que muchos de los planes actuales apenas llegarán a tiempo para cumplir las metas de 2030.

“Estamos entrando en el momento decisivo del sector: o aparecen los contratos de compra a largo plazo, o la mayoría de los proyectos no alcanzará la decisión final de inversión”, señala el experto. En este sentido, la demanda europea será clave para dar estabilidad al ecosistema latinoamericano.

Un mercado que debe construirse entre iguales

Más allá del flujo comercial, lo que se juega es el tipo de relación que se establecerá entre ambos continentes.

En este sentido, el especialista advierte: “El riesgo es repetir un esquema extractivo, donde América Latina exporta moléculas baratas y Europa captura el valor agregado. La oportunidad está en crear cadenas de valor compartidas, con transferencia tecnológica, manufactura y empleo calificado en ambos lados del Atlántico”.

OH₂ se plantea reunir a banca de inversión, tecnológicas y utilities para discutir negocios reales, acuerdos de financiación y patentes que impulsen la consolidación del mercado. “Sin pragmatismo, no habrá hidrógeno competitivo ni transición justa”, concluye González Coto.

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