La Asociación Empresarial Eólica (AEE) alerta sobre la urgencia de activar el desarrollo de la eólica marina flotante en España, tras un año de parálisis regulatoria. Su CEO, Juan Virgilio Márquez, manifiesta que el sector está “decepcionado” por la ausencia de avances concretos y advierte que el retraso podría comprometer el liderazgo industrial español frente a competidores internacionales.
“El sector a día de hoy está decepcionado desde el punto de vista de que se ha paralizado el avance regulatorio que se suponía que íbamos a llevar”, sostiene el directivo, aludiendo al Real Decreto 962/2024, que establece un sistema de licitación competitiva para otorgar la explotación de instalaciones en zonas con alto potencial eólico marino.
En diálogo con Strategic Energy Europe, recuerda que España había logrado construir una hoja de ruta clara desde 2021, con planes de ordenación del espacio marino, identificación de zonas eólicas y coordinación entre sectores como la pesca, la defensa y la navegación. Sin embargo, tras la aprobación del Real Decreto, “el Gobierno no avanza”.
Esta situación pone en riesgo una industria que podría comenzar su despliegue en 2033, con un primer parque eólico marino en Canarias, tal como se espera.
El archipiélago es el punto de partida ideal por su elevada dependencia del fuel para generar energía eléctrica, justificando el desarrollo de la eólica marina ya solo por el sobre coste de generación que tiene respecto a la península, que puede ser cinco veces más.
“Hoy ya es competitivo desarrollar instalaciones flotantes”, afirma Márquez, ya que sustituir el fuel por energía eólica marina permitiría un ahorro de cerca de 120 millones de euros anuales, compuesto por 40 millones derivados de menores costes de generación y 80 millones por reducción de derechos de emisión de CO₂.
El plan que impulsa la AEE contempla una primera subasta en Canarias para un parque de entre 200 y 250 MW, como base de un mercado piloto nacional de 1 GW, con tres o cuatro parques distribuidos entre el archipiélago y la península.
Según Márquez, este esquema permitiría reactivar la cadena industrial vinculada a la eólica marina: astilleros, puertos, ingenierías y fabricantes de tecnología.
“Si no tienes un mercado piloto, tu industria no va a tener un entorno de proximidad donde probar y desarrollar sus procesos y seguir siendo competitiva”, advierte el CEO y agrega que al ser un mercado emergente que abrirá todo el Mediterráneo, la costa este americana y la africana, “si nuestra industria no está posicionada desde el punto uno, luego nunca lo va a estar”.
Desde su perspectiva, el riesgo no es solo tecnológico, sino también geopolítico e industrial. “Va a haber un competidor bestial, que es la industria china”, alerta Márquez, en referencia a la creciente inversión del gigante asiático en tecnologías offshore flotantes.
La AEE insiste en que las subastas para Canarias no distorsionarían el mercado eléctrico ibérico, dado que el volumen inicial de potencia licitada sería marginal frente al conjunto del sistema y serviría como palanca estratégica para sostener el empleo y la innovación industrial.
“Hay que empezar ya por Canarias”, concluye Márquez, convencido de que el tiempo juega en contra de la industria española y de su oportunidad de liderar el próximo gran salto de la transición energética europea.





























