Las inversiones en tecnologías limpias en la península ibérica alcanzan cifras inéditas en 2025. Según el informe de Cleantech for Iberia, en el segundo trimestre se registraron 371 millones de euros en capital, casi el doble que en el primer trimestre, situando el acumulado anual en 557 millones de euros.
El análisis excluye proyectos tradicionales de energía solar o eólica, concentrándose en tecnologías emergentes y de vanguardia. La señal es clara: Iberia se consolida como polo de innovación industrial verde en Europa.
Los mayores flujos de inversión se concentraron en start-ups de hidrógeno verde y almacenamiento de energía, con 1s1 Energy, GNE Ventures, BBVA y Hy24 como actores relevantes en las rondas y coaliciones que lideraron la financiación cleantech en Iberia en el segundo trimestre de 2025.
No obstante, en diálogo con Strategic Energy Europe, Bianca Dragomir, Directora de la alianza señala que existen frenos estructurales que generan dudas en los inversores de cara a las próximas inversiones.
En principio, la infraestructura de la red eléctrica. En España, en los últimos cinco años, se han rechazado más de 30 GW de solicitudes de conexión industrial por falta de capacidad en distribución.
“El principal problema que obstaculiza el despliegue de todos estos proyectos y, por lo tanto, la reindustrialización del país, es la falta de capacidad en las redes eléctricas”, advierte Dragomir.
Desde Cleantech for Iberia impulsan la firma de un “Pacto por la Red”, un plan de país que transforme el sistema actual en una infraestructura flexible, dinámica y digitalizada, tomando como referencia modelos de Suecia, Holanda y Reino Unido.
“Cuando se retrasa la inversión en distribución, no solo se frenan las renovables, también se pierde el potencial de activar demanda flexible y de catalizar inversiones”, remarca Dragomir.
Por otra parte, considera que el rechazo al Real Decreto-ley 7/2025, que buscaba medidas urgentes para reforzar la red y acelerar el almacenamiento, dejó un mensaje negativo a los inversores internacionales, ya que el texto incluía pasos para simplificar trámites, flexibilizar conexiones y priorizar la integración de renovables.
Otra de las medidas que tampoco ayudan a los interesados en este mercado fue, la propuesta regulatoria para la retribución de redes lanzada por la CNMC que, según fuentes del sector, “se queda corta”.
Plantea un retorno del 6,46% sobre el capital invertido entre 2026 y 2031, lejos del 7,5%-8% que reclamaban las eléctricas.
“Nadie se beneficia de proyectos estratégicos frustrados por la indisponibilidad de acceso a las redes”, advierte la directiva, subrayando el impacto en clientes eléctricos y, en especial, en la industria.
Los informes técnicos tras el apagón ibérico de abril de 2025 refuerzan la urgencia de una modernización profunda del sistema. Cleantech for Iberia sintetizó estas conclusiones en su estudio “No Green Deal without a Grid Deal”, donde advierte que las colas de conexión ya superan con creces la capacidad disponible y reclama una reforma del modelo de redes: pasar de infraestructuras pasivas y sobredimensionadas a sistemas digitalizados, con gestión activa y flexibilidad incorporada.
La propia coalición lanzó una Taskforce on Grids en Madrid, alineando prioridades de inversión y flexibilidad de red. El objetivo es claro: dar certidumbre a los inversores y garantizar que la década cleantech de Iberia no quede frenada por un cuello de botella eléctrico. “Nadie duda de que este es el momento. Pero sin una red a la altura, perderemos la oportunidad de hacer de Iberia un referente industrial verde”, concluye Dragomir.