La red eléctrica española atraviesa uno de los momentos más tensos desde que comenzó el auge renovable. Según los datos actualizados de octubre por Red Eléctrica de España, cerca del 85% de los nudos de transporte y distribución ya no dispone de capacidad libre para nueva demanda.
La saturación se concentra especialmente en el centro y norte peninsular y amenaza con frenar proyectos industriales, de almacenamiento e incluso de hidógeno verde.
En este contexto, “los desarrolladores han comenzado a reconvertir activos solares en proyectos híbridos con centros de datos asociados”, tal como lo afrima Jorge González-Onieva Johansson, director de energía de OSPREL aprovechando la posibilidad normativa de destinar hasta el 50% de la potencia de generación a consumo propio.
En diálogo con Strategic Energy Europe, el ejecutivo señala que este modelo se ha convertido en una alternativa viable ante la falta de capacidad de conexión y la caída de precios mayoristas.
Mientras la generación renovable excede la demanda en muchas horas del día, los centros de datos emergen como una nueva fuente estructural de consumo energético y como un aliado estratégico para estabilizar el sistema.
La convergencia entre energía digital y transición energética está definiendo un nuevo tipo de activo híbrido, capaz de sostener la rentabilidad en un mercado cada vez más competitivo.
El giro del mercado se explica también por la canibalización de precios. “En 2024 empezamos a ver precios negativos o cero de la energía. Es un indicador claro para los inversores de frenar nuevos desarrollos”, indicó González-Onieva.
El exceso de generación solar en horas punta redujo la rentabilidad de los proyectos y tensionó los contratos de compraventa a largo plazo. Los PPAs, que en su pico se cerraban en torno a 40 o 45 €/MWh, hoy apenas alcanzan 35.
Frente a esa realidad, los proyectos que ya disponen de permisos priorizan conseguir contratos firmes de venta o, cuando eso no es posible, optan por transformar su modelo de negocio.
“Tampoco hay excesiva capacidad de la red para inyección, con lo cual desarrollar nuevas es complicado”, agrega el referente de OSPREL.
La saturación de la red no solo frena el crecimiento de las renovables, sino que pone en evidencia la falta de planificación sincronizada entre generación y demanda.
En consecuencia, González-Onieva subraya que incentivar nueva demanda, mejorar las redes y desplegar almacenamiento será la única forma de resolver el problema estructural del mercado eléctrico español: “Va a haber inversión en las redes, mejoras para evitar curtailment y fomentar la demanda”.
De esta manera, sostiene que nuevas industrias, data centers y proyectos de baterías o bombeo van a tener gran impacto en los próximos años.
Mientras el sector espera que los nuevos concursos de capacidad y demanda se agilicen, la realidad es que España necesita multiplicar la inversión en subestaciones y reforzar la flexibilidad del sistema para evitar que los proyectos de generación continúen paralizados. El desafío, según el especialista, ya no pasa por instalar más MW, sino por hacer que la energía generada encuentre dónde y cuándo consumirse.






























