España se encuentra en un momento decisivo para el desarrollo de la eólica marina flotante. Pese a contar con uno de los potenciales de recurso eólico más altos de Europa y una industria naval y portuaria capacitada para liderar la cadena de valor, aún no hay parques en operación comercial.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) fija un objetivo de 3 GW de potencia instalada para 2030, pero ha transcurrido un año tras la aprobación del Real Decreto 962/2024 en septiembre de 2024 sin que se publique la orden ministerial que definirá las bases de la primera subasta.
Las asociaciones sectoriales advierten que este retraso crónico pone en riesgo inversiones, empleo local y la oportunidad tecnológica. Según la Asociación Empresarial Eólica, ya se pueden perder hasta 7.500 puestos de trabajo y más de 2.000 millones de euros anuales al PIB si no se actúa con celeridad.
A la espera de la decisión, un repaso por los preproyectos que podrían ocupar las principales plazas europeas y sus desarrolladores.
Canarias: la punta de lanza del despliegue
Las Islas Canarias aparecen como favoritas para inaugurar la eólica marina española. La suma de parques planificados aquí supera los 2.000 MW.
Destacan proyectos como Varuna (300 MW, ABEI Energy), San Borondón (283 MW, Iberdrola), Drago (260 MW, RWE), Maresía (254 MW, Capital Energy) y los dos Canawind (250 MW cada uno, Grupo Cobra).
Otros planes como Andamana (240 MW, Magtel) y Tamaragua (236 MW, QAIR Energy) también figuran en fases avanzadas.
En el archipiélago todo apunta a un fuerte apoyo político y social. De hecho, la AEE y el Foro Eólico Marino han remarcado que “por lógica, Canarias sea la punta de lanza” del despliegue offshore español, dado que los costes energéticos locales son altos y existe consenso en su oportunidad.
Galicia: el epicentro del desarrollo
Galicia es la comunidad con mayor número de proyectos en cartera y los más ambiciosos por tamaño.
Entre ellos destacan Ágata (1.200 MW, promotor BlueFloat/Sener) y Galwind (1.000 MW, Cobra), junto a otros planes de gran envergadura como Breixo (648 MW, QAIR) y los proyectos Atlántico de Repsol (por ejemplo, Atlántico-3, 645 MW).
También figuran Atlántico-1 (525 MW, Repsol) y Ventus (600 MW, Abei Energy), todos en fases de consultas previas o de evaluación ambiental.
Estos parques se han diseñado para aprovechar los fuertes vientos del Atlántico Norte y abastecer la red peninsular. En la planificación oficial (Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, POEM), Galicia concentra varias de las 19 zonas aptas identificadas, junto con Canarias y otros litorales; aunque, a diferencia de las islas, la resistencia social es aún mayor.
Tanto el gobierno autonómico como el sector privado han remarcado a las autoridades nacionales la importancia de tener en cuenta a esta región luego de la primera subasta piloto por su potencial en recursos e industrial.
La infraestructura portuaria gallega se prepara para el boom offshore. Por ejemplo, el puerto exterior de A Coruña ha reservado alrededor de 60 ha de explanadas (600.000 m²) para proyectos eólicos marinos, con planes de urbanización listos antes de 2026.
Cataluña: el hub mediterráneo
En el mar Mediterráneo español, Cataluña concentra varios proyectos de gran tamaño, sobre todo en la costa de Girona.
El más poderoso es Catwind (1.200 MW, Cobra), cuya tramitación administrativa está finalizada. Le siguen Norfeu (1.080 MW, QAIR Energy) en fase de consultas previas y Tramuntana (1.000 MW, BlueFloat/Sener), también tramitado.
Otros planes relevantes incluyen Xistral (810 MW, Capital Energy, costear de Girona), y dos parques de 525 MW cada uno: Mediterráneo-1 (Repsol) y L’Empordà (Capital Energy), ambos presentados recientemente.
Además hay iniciativas de 500 MW como Creus (Ferrovial) y Gavina (Iberdrola). Todos estos proyectos se sitúan en aguas catalanas delimitadas por los POEM, pero sin fecha de subasta prevista aún.
La patronal eólica subraya que la industria catalana está lista para invertir, pero está en vilo a la espera del marco regulatorio. Repsol, por ejemplo, ha presentado el parque Mediterráneo-1 en Girona (detalles de megavatios por aerogenerador aún pendientes de desvelar), pero aclara que “de momento son proyectos” y no tomará ninguna decisión final hasta conocer “cómo acabará desarrollándose la regulación de la eólica marina” y el diseño de la subasta.
Andalucía: potencial en el Atlántico y el Mediterráneo
La costa de Cádiz y Málaga alberga proyectos como Neptuno (1.005 MW, Abei Energy), Nao Victoria y La Pinta (990 MW cada uno, Iberblue). Completan la lista proyectos de alrededor de 500–600 MW como Mileto (612 MW, Magtel), Terral (510 MW, Ferrovial), Albacín (510 MW, Capital Energy) y Almadraba (495 MW, Ferrovial).
Baleares y otras comunidades
En las Islas Baleares hay sólo dos iniciativas destacadas: Tramuntana Wind Menorca (240 MW, promotor WTF Energy) y Gregal (180 MW, Qair Energy), ambos en fase de consulta previa.
Su escala es modesta comparada con el resto de España. En el País Vasco y Cantabria se han impulsado hasta ahora proyectos experimentales, como la plataforma DemoSATH de Saitec (45 MW, GEROA en Bizkaia).
España tiene en cartera más de 20 GW de proyectos de eólica marina, muy por encima de la meta de 3 GW para 2030. La oportunidad es histórica para generar empleo, atraer inversión y consolidar la industria naval y portuaria.
Sin embargo, la ventana de oportunidad se estrecha: el Gobierno debe acelerar la publicación de la normativa y convocar las primeras subastas si quiere que estos parques pasen del papel al mar antes de que sea demasiado tarde.
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