El gerente general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), Pedro González, asegura que la decisión del Gobierno de respaldar el reclamo de los electrointensivos y ordenar la aplicación retroactiva de la rebaja del 80% en los peajes eléctricos supone un alivio relevante para la industria, aunque limitado en el tiempo.
Cabe recordar que esta medida, que nació en 2022 como respuesta a la crisis del gas por la guerra en Ucrania, ha sido prorrogada sucesivamente hasta ser derogada por el Congreso en julio pasado, generando un vacío normativo que provocó que algunas distribuidoras aplicaran el descuento y otras lo negaran.
En diálogo con Strategic Energy Europe, González destaca: “Al final, el impacto supone en media un alivio del 5% de la factura eléctrica que pagamos. Es una medida importante y que nos acerca un poco en términos de competitividad”.
La competitividad es el núcleo de la preocupación de AEGE, quienes reclaman que, más allá del alivio coyuntural, la estructura de costes en España es significativamente más alta que en otros países de la Unión Europea.
Según el Barómetro Energético de AEGE, actualizado a julio de 2025, un consumidor electrointensivo paga 63,41 €/MWh en España, frente a 23,77 €/MWh en Francia y 44,46 €/MWh en Alemania. Esto implica que la industria nacional afronta precios 2,7 veces superiores a Francia (+167%) y 1,4 veces más caros que Alemania (+43%).
La brecha responde, en gran medida, a sobrecostes propios del sistema español. “Este sobrecoste sobrevenido nos está penalizando también”, advierte González. Se refiere al impacto de las restricciones técnicas, que se han multiplicado por cinco en los últimos cinco años y que, desde el gran apagón de abril, se dispararon debido a la operación conservadora de Red Eléctrica, consistente en frenar renovables y activar ciclos combinados para asegurar la estabilidad.
Como consecuencia, el país vierte cada vez más electricidad renovable, el 5% de la generación total, con costes que se trasladan íntegramente a los consumidores.
El encarecimiento de la energía es un fenómeno también reflejado en las estadísticas europeas. De acuerdo con Eurostat, España es el tercer país de la UE donde más se encareció la electricidad en 2025, con un aumento interanual del 17,3%, situando el precio un 35,4% por encima del nivel prepandemia y casi un 94% más caro que hace dos décadas.
La factura media industrial pasó de 108,47 €/MWh en abril a 133,97 €/MWh en julio, un salto del 23,5%.
A esta coyuntura se suma que, según el último informe de junio 2025, el consumo corregido muestra una caída interanual del -0,6% en la industria.
Frente a este panorama, González subraya el rol crucial de las energías renovables en la transición hacia precios más competitivos.
“Debemos avanzar hacia un sistema en el cual se pueda buscar estabilidad en los precios con las renovables desvinculado y desacoplado del precio del gas natural y del CO2 para fijar esa competitividad”, sostiene.
Actualmente, describe, 4 de cada 5 horas el precio lo fija el gas natural más el CO2, incluso con altas cuotas de generación renovable, lo que impide a la industria beneficiarse de la abundancia de fuentes limpias.
El directivo plantea que la solución pasa por contratos de largo plazo con renovables, con precios estables y predecibles, desligados de los combustibles fósiles.
Sin embargo, advierte que los contratos actuales están contaminados por los sobrecostes de corto plazo, como las restricciones técnicas, que se conocen a posteriori y distorsionan la competitividad.
Acceso a red
Del otro lado del récord en vertidos existen los cuellos de botella en el acceso a la red eléctrica para consumidores. González alerta que muchas industrias asociadas a AEGE están adaptando procesos para descarbonizarse, pero no logran la capacidad adicional que necesitan debido a la saturación de los nudos de conexión.
“Si una industria que ya está te pide más potencia, dásela porque no te vas a equivocar”, enfatiza. Asimismo, critica la especulación en solicitudes de capacidad y el rol del almacenamiento, que, según denuncia, compite en desigualdad de condiciones con la industria por espacios en la red.
El análisis de AEGE refleja una industria atrapada entre la volatilidad del mercado y las rigideces regulatorias. El alivio parcial por la rebaja de peajes no es suficiente para compensar una factura que sigue siendo de las más altas de Europa.
Si España quiere recuperar competitividad, la receta pasa por tres ejes: reducir la carga fiscal en la factura eléctrica para no frenar la descarbonización, trasladar a los consumidores los ahorros derivados de la bajada de cargos prevista a partir de 2028 sin inflarlos de nuevo para subvencionar otras tecnologías, y fomentar la competencia en los servicios de ajuste incorporando renovables y demanda
En palabras de González: “Esperemos que hayamos tocado fondo y que a partir de ahora empecemos a ver mejores condiciones y esto permite una recuperación de la demanda eléctrica a través del consumo de la industria”.