Julio de 2025 quedará registrado como un mes histórico para la transición energética en España, aunque no por un logro positivo. Según los datos de Red Eléctrica de España (REE), más del 11% de la electricidad renovable generada —equivalente a más de 1.100 GWh— no pudo ser integrada en el sistema por restricciones técnicas. El contraste con julio de 2024, cuando apenas se vertía un 0,8%, refleja la magnitud del salto.
“La fotovoltaica marcó récords históricos, con un 25% del mix eléctrico nacional y más de 6.200 GWh generados en el mes, una cifra nunca antes alcanzada en España que muestra la magnitud del vertido”, destaca Alejandro Diego Rosell, consultor de energía.
En diálogo con Strategic Energy Europe, indica que el problema es que la red de transporte está atascada, con un 93% de las limitaciones vienen de ahí y “no hay manera de inyectarla”.
Los datos de REE muestran que las provincias más golpeadas por los vertidos fueron Toledo, Ciudad Real y Granada, donde se perdió más del 30% de la producción renovable local.
Por su parte, Kim Keats Martínez, Director en K4K Training & Advisory y EKON Strategy Consulting, aporta una alarma: “El verano aprieta aunque la contribución de las renovables ese mes (57%) no fue un récord histórico… Entre marzo y mayo llegó a superar el 63%”.
Según el analista, los datos por nudo de REE confirman el impacto desigual entre regiones: “Extremadura genera más energía renovable y sufre más en términos absolutos (26,5% del ERNI respecto al PDBF renovable). Pero es Castilla-La Mancha la que sale peor parada proporcionalmente, con un 36,5%”.
La política de operación también influye en este resultado. Desde el apagón de abril, REE adoptó una estrategia más conservadora, priorizando generación fósil como respaldo.
“REE prefiere mantener gas y nuclear de apoyo para no volver a vivir un susto, aunque eso signifique desconectar renovables. Resultado: tiramos electricidad limpia y seguimos pagando gas caro”, indica Rosell.
Las consecuencias son múltiples: promotores que ven reducida la rentabilidad de sus parques en zonas críticas y un aumento de la factura eléctrica por la entrada de gas en el mix.
Sin embargo, en este escenario se reafirma la oportunidad para el almacenamiento, tal como apunta Rosell: “Con tanto recorte, las baterías y bombeo empiezan a ser negocio seguro”.
En una mirada estructural, Carlos Martín Graña, Responsable de Operaciones de ENERJOIN, advierte sobre el origen del problema: “Hemos tratado de reconvertir un sistema de potencia firme a una potencia dependiente del viento, agua y sol, y esto nos obliga a sobredimensionarlo. El consumo es instantáneo y las tecnologías han sobredimensionado mucho la generación en los mismos momentos”.
El directivo señala que la planificación de las renovables no siempre consideró las necesidades de la red: “Lo que tenemos es muchísima generación de la misma tecnología en los mismos nodos y, al no haber aumentado las redes de transporte y distribución, esto genera gran cantidad de vertidos”.
España no enfrenta ya un problema de generación renovable, sino de integración. Será clave ver los resultados del mes de agosto para conocer si esta situación es algo aislado o indica el inicio de una tendencia antes del ingreso de más demanda y almacenamiento.
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