Reducir el LCOE es una meta central para la industria fotovoltaica. Para Yingli Solar, esa tarea se traduce en una estrategia definida que conjuga innovación tecnológica, eficiencia en costes de producción y un desarrollo progresivo de producto basado en la tecnología n-type.
“Reducir ese cociente del dólar por vatio pico es el reto de cualquier fabricante”, manifiesta Luis Contreras, Managing Director de la firma.
En diálogo con Energía Estratégica España, sostiene que el LCOE se reduce abordando ambas variables de la ecuación: por un lado, disminuir los costes de materiales y procesos, y por otro, aumentar la potencia y prestaciones del módulo.
En esa línea, detalla: “Hay que bajar los costes con procesos más eficientes en consumo energético y agua, y a la vez, diseñar células con mayores eficiencias y mejores prestaciones. Así ese dólar por vatio se hace más pequeño”.
La apuesta tecnológica actual de Yingli está centrada en la célula n-type TopCon, que permite una mejor relación entre coste de producción y rendimiento del módulo. “La evolución tecnológica siempre trae mayores prestaciones a menor coste”, asegura el directivo.
Contreras aclara que el avance no se basa únicamente en el uso de nuevas materias primas, sino en cómo estas se integran en diseños tecnológicos avanzados: “El diseño tecnológico ha cambiado. La base es la tecnología n-type y el siguiente escalón es el n-type con apellido TopCon”.
Para Yingli, esta tecnología es clave porque mejora eficiencia, reduce la degradación, y ofrece un comportamiento superior en condiciones adversas. Pero además, la empresa ya tiene trazado un plan de evolución tecnológica escalonada:
- Células n-type con contactos posteriores: toda la parrilla de contactos se ubica en la parte trasera, maximizando la superficie útil de captación solar.
- Células tándem: a partir de una base n-type, se integran nuevos materiales (como perovskitas) capaces de captar distintas longitudes de onda en la misma superficie celular.
“Esos son los tres escalones que Yingli tiene planteado a futuro: la tecnología n-type actual, la evolución hacia células con contactos posteriores y el desarrollo de células tándem”, subraya Contreras, y agrega que cada nueva fase se activará “cuando el cruce entre costes de producción y prestaciones lo justifique”.
Estiman ciclos de vida de tres a cuatro años por cada etapa.
La evolución del LCOE también se ve afectada por las dinámicas de mercado. En este sentido, el referente analiza que el exceso de stock post pandemia y la sobrecapacidad de producción en Asia generaron una guerra de precios en 2023-2024. Aunque Yingli logró evitar un exceso crítico de inventario, reconoce: “El sobrestock en puertos como Róterdam influyó en la bajada de precios”.
Además, advierte que la aceleración tecnológica exige reingeniería de plantas cuando hay que reemplazar módulos obsoletos: “No puedes poner un módulo de 175W si han pasado 10 años. Es necesario rediseñar”.
Mirando al futuro, Contreras destaca que la competitividad asiática no sólo se basa en bajos costes laborales, sino en un dominio absoluto de la materia prima, automatización de procesos y control de calidad. “Hoy las plantas en China están súper automatizadas y digitalizadas”, apunta.
Por eso, remarca que el desafío europeo no debe ser frenar a China, sino reindustrializar aprendiendo del modelo asiático: “Las compañías chinas como Yingli, quieren ser partícipes de la reindustrialización de Europa y por eso hay que hacerlas parte”.
En resumen, Yingli Solar plantea una estrategia de reducción del LCOE que combina evolución tecnológica programada, eficiencia productiva y visión estructural del mercado. Como concluye Contreras: “Siempre hay margen de mejora”.